Informe pericial psicológico laboral

Cuando un problema laboral termina en un procedimiento administrativo y/o judicial, es normal sentirse perdido o con la sensación de que nadie acaba de entenderte. El cansancio emocional, la ansiedad o las secuelas que arrastras no siempre se ven desde fuera, ni resultan fáciles de explicar con palabras, a veces incluso se ponen en entredicho.

Un informe pericial psicológico laboral te ayuda a dar forma y sentido a todo ese malestar, trasladándolo de manera clara, rigurosa y comprensible. Contar con una evaluación profesional sólida puede marcar la diferencia en un procedimiento administrativo o judicial. Porque estar bien evaluado también es una forma de estar bien defendido.

asesoramiento pericial laboral

 
Estas son las áreas, en las que podría ayudarte como profesional.

Cuando el malestar psicológico afecta de forma continuada a tu desempeño laboral, es lógico plantearse si puedes seguir trabajando con normalidad.
Dificultades de concentración, toma de decisiones, tolerancia al estrés o relación con el entorno profesional son señales frecuentes.
Trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés crónico o el burnout pueden limitar seriamente la capacidad funcional.
La evaluación psicológica pericial permite analizar de forma objetiva estas limitaciones.
No se valora la voluntad de trabajar, sino la existencia de impedimentos psicológicos reales y clínicamente acreditables.
El informe pericial estudia la intensidad, duración y repercusión del cuadro psicológico.
También se tienen en cuenta las exigencias específicas del puesto de trabajo.
A partir de esta valoración se determina si existe incapacidad laboral.
En su caso, se establece el grado de incapacidad correspondiente.
Estos informes se utilizan en procedimientos ante INSS, mutuas o juzgados.

Desde fuera puede parecer un simple mal ambiente laboral, pero por dentro se vive como un desgaste constante.
Comentarios hirientes, silencios incómodos, miradas, desprecios o conflictos repetidos acaban minando la confianza personal.
La persona empieza a dudar de sí misma, de su valía profesional y de su capacidad para hacer bien su trabajo.
Cada día laboral se afronta con tensión, miedo o sensación de estar permanentemente en el punto de mira.
El estrés se mantiene incluso fuera del trabajo, afectando al sueño, al estado de ánimo y a la vida personal.
Con el tiempo pueden aparecer ansiedad, tristeza profunda, bloqueo emocional o síntomas físicos.
La evaluación psicológica permite analizar si existe acoso laboral y el daño psicológico que esta situación ha generado.

Sentirse agotado física y mentalmente por el trabajo es una señal frecuente del síndrome del quemado.
La persona empieza a ir a trabajar sin energía, con sensación de desgaste y cansancio constante.
Poco a poco aparece el desánimo, la pérdida de motivación y la sensación de no poder dar más de sí.
También es habitual volverse más irritable, distante o emocionalmente apagado en el entorno laboral.
El rendimiento baja y tareas que antes se realizaban con normalidad empiezan a costar mucho más.
Este estado mantenido puede dar lugar a ansiedad, bajo estado de ánimo, insomnio o problemas físicos.
La evaluación psicológica permite valorar cómo esta situación afecta realmente a la capacidad para trabajar.

Cuando un trastorno psíquico aparece, no solo afecta al estado emocional, sino a la vida diaria en su conjunto.
Tareas cotidianas y responsabilidades laborales pueden volverse difíciles o directamente imposibles de sostener.
En estos casos, el trastorno puede generar limitaciones reales en la capacidad para trabajar con normalidad.
Estas limitaciones pueden dar lugar al reconocimiento de incapacidad, minusvalía o acceso a determinadas prestaciones.
La evaluación psicológica permite valorar de forma objetiva el alcance del trastorno y sus consecuencias funcionales.

Las secuelas psíquicas pueden aparecer tras experiencias laborales que han dejado una huella emocional profunda.
Con frecuencia están vinculadas a accidentes de trabajo o situaciones traumáticas ocurridas en el entorno laboral.
Aunque el hecho causante haya finalizado, las consecuencias psicológicas pueden mantenerse en el tiempo.
Estas secuelas afectan al equilibrio emocional, a la vida cotidiana y a la capacidad para trabajar con normalidad.
La evaluación psicológica permite valorar su existencia, alcance y repercusión funcional y laboral.

En algunos procesos laborales surgen dudas sobre si el malestar psicológico que se presenta es real.
La evaluación permite analizar si los síntomas encajan con la historia laboral y con lo que la persona vive en su día a día.
Se valora si ese malestar limita de verdad la capacidad para trabajar con normalidad.
También se analiza si los síntomas pueden estar exagerados o no se corresponden con la situación real.
El objetivo es aportar claridad y una valoración honesta y bien fundamentada en el ámbito laboral.

Carlos Aldana Psicólogo
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