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TogglePosibles razones generales por las que no confías en tu psicólogo:
Nunca te ha pasado que, por diversos motivos, la confianza en un profesional, bien sea psicólogo, médico, abogado,…, se pone en entredicho, y por tanto, cesan los deseos de continuar la relación profesional con él?. Es frecuente, y conviene por tanto tener en cuenta posibles razones, en este caso si sucediera con un psicólogo:- Falta de conexión: A veces, simplemente no hacemos clic con ciertas personas. Es posible que no te sientas cómodo con tu psicólogo debido a una falta de conexión personal.
- Diferencias de opinión: Puede que no estés de acuerdo con la forma en que tu psicólogo aborda tus problemas, o que no estés contento con el enfoque desde el que se está abordando tu terapia.
- Falta de progreso: Si no sientes que estás haciendo progreso en tu terapia, puede que te sientas desanimado o desmotivado para seguir trabajando con tu psicólogo. Este es un motivo habitual, y siempre puedes pedir una segunda opinión, para ver que puede estar fallando, sobre todo si por tu parte estás motivado y te estás implicando con la solución del problema.
- Pasado negativo: Es posible que hayas tenido experiencias negativas con psicólogos en el pasado y eso te hace ser más cauteloso o desconfiado en tu relación profesional actual. Si este es tu caso, te digo que nunca debes extrapolar, al igual que sucede cuando cambias de médico y tus dolencias empiezan a ir mucho mejor.
Cómo puedo mejorar la relación con mi psicólogo:
Si estás buscando mejorar la relación con tu psicólogo, aquí hay algunas sugerencias que podrían ayudar:- Comunica tus preocupaciones: Si hay algo que te preocupa o no te sientes cómodo, es importante que lo hables con tu psicólogo. Pregúntale si lo pueden trabajar juntos para resolver el problema.
- Sea honesto: Es importante que seas honesto con tu psicólogo sobre tus pensamientos, sentimientos y conductas. Cuanta más información compartas, mejor podrá entender el profesional tu situación y proporcionar la ayuda adecuada.
- Establece expectativas claras: Habla con tu psicólogo sobre lo que esperas de la terapia y establezcan objetivos realistas y alcanzables. Muchas veces me he encontrado con pacientes que tienen una idea bastante equivocada de lo que significa una ayuda psicológica, del papel de un psicólogo y de una terapia, y esto puede claramente entorpecer el proceso terapéutico.
- Acepta las diferencias: Reconoce que tu psicólogo puede tener un enfoque diferente al tuyo. Trata de mantener una mente abierta y estar dispuesto a explorar diferentes perspectivas. La rigidez mental hace mucho daño, quizás lo hayas comprobado. La flexibilidad mental es un aliado psicológico brutal, pues te hace aceptar y asumir puntos de vista diferentes, todo lo cual aporta enriquecimiento personal en todas las áreas.
- Sé consistente: Asiste a las sesiones de terapia programadas y trata de ser puntual. Si te saltas sesiones o llegas tarde con frecuencia, puede afectar la calidad de la relación con tu psicólogo.
- Trabaja siempre fuera de la sesión: Es fundamental tu participación en la solución de tu problema. Sin tu implicación no hay resultados, aunque vayas al mejor psicólogo del mundo. Por tanto, es imprescindible seguir las pautas que te indique el profesional. Exactamente igual que cuando te lo indica un fisioterapeuta, un entrenador personal, un traumatólogo, un neurólogo. Tu grado de implicación con la terapia indica cuanto es de importante para tí solucionar tu problema.
- Nunca olvides que tu terapia es un proceso. Los milagros no existen en psicología. Si esperas éxito en la solución de tu problema, será como consecuencia de trabajar firmemente sobre las indicaciones que te pauta un buen profesional de la psicología, en el transcurso de un tiempo en el que no hay que tirar la toalla.