Terapia de pareja

Si cree que empieza a deteriorarse la relación de pareja y no ve la salida y siente seriamente que no aguanta más, ha llegado el momento de que un profesional  le ayude a encontrar una resolución al conflicto. La separación es una opción que siempre va a a estar ahí, pero hay que tener en cuenta que ésta puede ser muy dolorosa, especialmente si hay hijos pequeños de por medio, por lo que debería ser la última opción.

Una relación de pareja es cosa de dos, por lo que en una terapia de pareja, normalmente uno de ellos es el que da «la voz de alarma» y el otro «colabora» en la solución del problema. Pero hay ocasiones en las que eso no sucede y el que ve el problema decide acudir solo a un terapeuta que podrá ayudar aunque no de la misma manera en la que si acuden los dos. No se debe postergar el acudir a un profesional pues cuanto más se retrase menor oportunidades de que la terapia funcione.

Celos patológicos

La persona que sufre de celos patológicos siente un profundo sentimiento de depresión, inseguridad, hostilidad y autocompasión. Estos sentimientos afectan no solo a la persona sino que pueden acabar destruyendo la relación. Los celos «normales», sin embargos, se diferencian de los celos patológicos en que las personas sienten ante la posibilidad de perder a su pareja una preocupación “normal”  o un ligero malestar por la relación de esa persona con alguien más ya sea real o imaginada. Estas personas sienten que la posibilidad de que su pareja le sea infiel es algo catastrófico y terrible por lo que le exigen que bajo ningún concepto se impliquen con otra persona. Vigilarán cualquier gesto inocente que puedan hacer hacia otra persona con tal de impedir o prevenir aquello que considera tan insoportable. Sentimientos de ansiedad, depresión, inseguridad, agresión y dependencias son muy comunes en estas personas. Los tratamientos psicológicos y la experiencia clínica han demostrado un pronóstico muy favorable del problema.

Dependencia Emocional

Hay muchas personas que dependen emocionalmente de su pareja o de otras personas. Para estas personas, la satisfacción que le produzca su pareja influirá exponencialmente en su bienestar personal, no querrá separarse de ella y lo pasará mal cuando no esté cerca de la misma. Vivirán como una gran tragedia las rupturas amorosas y tienen la necesidad irrefrenable de recuperar la relación o buscar una nueva.

Baja autoestima, miedo al abandono y necesidad excesiva de aprobación son características de estas personas. Sus necesidades no son tan importantes como las de las demás. En lo relativo a las relaciones amorosas, se comportan con excesiva ilusión cuando se encuentra al inicio de una relación de pareja porque sienten que tener una relación es lo más deseado. También tienen la necesidad de controlar a su pareja, llamadas continuas para saber qué hace y donde está, demanda atención exclusiva.

Problemas de comunicación

Una relación de pareja se sustenta en el respeto, la confianza, la comunicación y lógicamente el amor. Por eso el diálogo es algo fundamental, éste hace que la pareja expliquen sus sentimientos, intercambien ideas, etc…

Si la comunicación en una relación empieza a escasear ha llegado el momento de acudir a un especialista, pues los miembros de la pareja no han sido capaces de hallar ese punto de encuentro por sí solos. A través de la terapia de pareja si busca ese punto de encuentro donde lograr ese cambio positivo y acabar con los desacuerdos.

Asesoramiento y Mediación en el divorcio

Como psicólogo forense y desde mi amplia experiencia en el ámbito clínico, he sido testigo de Desde mi amplia experiencia en el ámbito clínico y como psicólogo forense he podido ser testigo de las serias consecuencias que las rupturas sentimentales y las separaciones tienen no solamente en los adultos implicados, sino también sobre los hijos, mucho más vulnerables. Por ello ofrezco asesoramiento sobre los pasos a seguir y que evitar antes, durante y después de dar el paso, aportando los instrumentos necesarios para superar las consecuencias del divorcio, prestando especial atención a los niños y adolescentes.

Las ventajas de acudir aun mediador son:

  • La participación siempre es voluntaria.
  • El mediador es una persona totalmente neutral.
  • Las personas se implican participando.
  • Se evita la sensación de ganador / perdedor.
  • Se asegura la confidencialidad durante el proceso.
  • Se ofrecen pautas específicas para preservar una relación cordial, idóneo para posteriores acuerdos o comunicaciones respecto a los hijos
  • Se evitan en mayor medida las consecuencias negativas para el menor. Ante este tipo de difíciles decisiones, se aportan pautas relacionadas con los hijos, especialmente menores, para prevenir desde el punto de vista psicológico posibles secuelas a corto, medio y largo plazo.

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